Antes de alabar al que abre la mano, acuérdate de los que nunca la han cerrado.
Una vida desgraciada convierte a una persona en anciana mucho más que cualquier vulgar acumulación de décadas.
El hombre verdaderamente cauto no es ese que jamás traspasa los límites, sino el que los traspasa sin poner nada en peligro.
El mundo sería mucho más hermoso si cada persona tuviese las piernas tres centímetros más largas.
El mito del sueño americano es el mito del planeta inagotable; cuando se quiebre definitivamente el segundo, desaparecerá para siempre el primero.
La muerte de un ser querido es una ocasión inmejorable para empezar a conocer realmente a esa persona.
Los inteligentes no se muestran huraños por un supuesto sentimiento de superioridad, sino por una impaciencia congénita.
La correcta guardia pretoriana debe ser lo suficientemente grande como para evitar cualquier acto terrorista contra el líder supremo, y lo suficientemente pequeña como para ser incapaz de protegerlo frente a cualquier revolución popular.
La civilización contemporánea consiste en ocultar que la vida es inseparable de la putrefacción.
De todos los defectos humanos, el que más compasión merece es el de cantar mal.
Ignacio Sánchez
increibles amigo, como siempre, un saludo
ResponderEliminarMuchas gracias! Me emociona que alguien haya leído esto, la verdad. Es un blog que tuve que abandonar en su día y al que sigo echando de menos. Pero la vida tiene sus ritmos y es difícil abarcarlo todo.
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