miércoles, 11 de mayo de 2016

Retrato de dama con abanico (microrrelato)


No pudo identificar si era la madre o el hijo. Recordaba que los dos llevaban siempre el pelo largo y que por aquella época a él le había dado por ponerse los vestidos de su madre, tan llenos de volantes, cintas, encajes y flores. Aquellos ojos, rodeados de arrugas y trazados con apenas dos pinceladas, seguían ocultando el mismo enigma de siempre. Se imaginó la sala, ahora vacía, repleta por la mañana de críticos de arte y se preguntó cómo coño les iba a explicar que no sabía con cuál había compartido la borrachera que inspiró su obra maestra.


David Rubio

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